Cómo evitar la hiedra, el roble o el zumaque venenosos

Cómo reconocer estas plantas

Puede ayudar a prevenir un sarpullido causado por roble, hiedra o zumaque venenosos. Debe conocer la apariencia de estas plantas. Y alejarse de ellas. Crecen en forma de enredaderas, plantas pequeñas o arbustos grandes. En la mayoría de los casos, el roble y la hiedra venenosos tienen 3 hojas por tallo. El zumaque venenoso tiene entre 7 y 13 hojas por tallo. Vigile si ve estas plantas cuando salga a cualquier lugar al aire libre, desde el jardín crecido del patio de un amigo hasta un espacio silvestre. El urushiol está presente en estas plantas durante todo el año. El aceite está en las hojas, tallos y raíces de estas plantas. El aceite está allí cuando la planta está viva, seca o muerta. Así que, preste atención siempre sin importar la temporada.

Zumaque venenoso.

¿Qué causa una reacción?

El roble, la hiedra y el zumaque venenosos prosperan principalmente en zonas al aire libre que no reciben mantenimiento. Si toca estas plantas, podría tener un sarpullido. También podría tener una reacción si toca algo que haya estado en contacto con el urushiol, como un perro o un gato, ropa u objetos. El urushiol en la piel o la ropa se puede transmitir a otra persona. Una vez que haya eliminado el aceite de la piel, el sarpullido que provocan estas plantas no es contagioso.

Medidas de prevención

Si va a ir al aire libre, tome estas medidas de prevención:

• No toque ninguna de estas plantas.

• Use pantalones largos y ropa de mangas largas.

• Si va a una zona con muchos árboles o arbustos, póngase también guantes, sombrero y botas.

• Si es muy sensible, colóquese crema tópica con 5 % de bentoquatam en todas las zonas expuestas de la piel. Esto forma una capa de protección entre la piel y el aceite que pueda tocar.

• Si llega a estar en contacto con estas plantas o con el aceite, lávese con agua y jabón tan pronto como sea posible.

• Lave también la ropa y a los animales que hayan estado en contacto con estas plantas. El urushiol puede quedarse en sus superficies y provocar un sarpullido cuando los toque más adelante.