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Para padres: el cuidado de la diabetes (de 11 a 17 años)

El cuidado de la diabetes en preadolescentes y adolescentes no siempre es una tarea fácil. Quizás le parezca que hay tantas cosas que recordar. Pero recuerde que no tiene por qué hacerlo todo usted solo. Colaborará con el proveedor de atención médica de su hijo, un enfermero, un educador en cuestiones de diabetes, un nutricionista y otros para desarrollar un plan de control de la diabetes. Debe tener un plan de control de la diabetes que le indique el plan de tratamiento general para la diabetes de su hijo. El plan debe incluir lo siguiente: 

  • Qué medicamentos toma su hijo, cómo tomarlos y cuándo usar cada uno

  • Cómo medir los niveles de azúcar en la sangre

  • Cuáles son los síntomas que indican nivel bajo de azúcar en la sangre y cómo tratarlos

  • Cuáles son los síntomas que indican nivel alto de azúcar en la sangre y cómo tratarlos

  • Como contar los carbohidratos

  • Qué hacer con la actividad física y el deporte

  • Qué hacer si su hijo se enferma de resfriado o gripe, por ejemplo

  • Qué hacer en caso de emergencia 

También asegúrese de hablar con su proveedor de atención médica sobre cómo manejar la guardería y la escuela. 

Cada vez más adolescentes tienen diabetes tipo 2 (en lugar de tipo 1). Es probable que no necesiten inyecciones de insulina. Pero igual deberán controlar el nivel de azúcar en la sangre y aprender sobre opciones de alimentos saludables y ejercicio. Es posible que necesiten medicamentos orales, la mayoría de los cuales no deberían causar un nivel bajo de azúcar en la sangre.

Cómo medir el nivel de azúcar en la sangre de su hijo

A esta edad, mantener el nivel de azúcar en la sangre de un preadolescente o adolescente puede no ser una tarea fácil. Esto se debe a las hormonas que causan la pubertad. No se preocupe si el nivel de azúcar en la sangre de su hijo no es perfecto. Anime a su hijo a asumir parte de la responsabilidad de los controles del nivel de azúcar en la sangre a medida que crezca. Debe estar preparado para controlar el nivel de azúcar en la sangre con regularidad según las indicaciones del proveedor de atención médica. Los mejores lugares para realizar los controles son los lados de las puntas de los dedos. Incluso si su hijo hace sus propios controles, deberá controlar los resultados. Es la única manera de asegurarse de que el nivel de azúcar en la sangre se mantenga en un rango saludable. Puede actuar como entrenador de su hijo. Cómo hacerlo:

  • Siéntese con su hijo al menos una vez a la semana para hablar sobre los valores del nivel de azúcar en la sangre.

  • Descargue los valores del medidor a una computadora. O revise los valores en el libro de registro.

  • Decidan juntos si el nivel de azúcar en la sangre de su hijo se mantiene dentro del objetivo.

    Una mujer y una niña mirando una tableta.
    Siéntese con su hijo para repasar las cifras semanales del nivel de azúcar en la sangre.

El análisis de cetonas

A veces, deberá revisar si hay cetonas en la orina. Las cetonas son sustancias químicas que se producen cuando se quema grasa, en lugar de glucosa, para obtener energía (cetosis). Siga las instrucciones que vienen con las tiras y las que le dé el proveedor de atención médica de su hijo, enfermero o educador en cuestiones de diabetes. Si hay cetonas, siempre llame de inmediato al proveedor de atención médica de su hijo. Algunas personas también usan medidores de glucosa y cetonas para revisar si hay cetosis en la sangre. Pida más información al proveedor de atención médica de su hijo, enfermero o educador en cuestiones de diabetes.

Cómo manejar un nivel bajo de azúcar en la sangre

Es muy importante que el nivel de azúcar en la sangre de su hijo no baje demasiado. Por lo tanto, usted y su hijo deben controlar el nivel de azúcar en la sangre tanto como sea posible sin dejar que baje demasiado. Con el tiempo, usted y su hijo aprenderán lo que es normal para él. Esto los ayudará a ambos a reconocer los síntomas de un nivel bajo de azúcar en la sangre. Para apoyar a su hijo, preste mucha atención a cómo se comporta. Los siguientes pueden ser signos de un nivel bajo de azúcar en la sangre de su hijo:

  • Pálido

  • Mucha irritabilidad

  • Sudoroso

  • Letárgico (somnoliento o amodorrado)

  • Mirando al vacío o tiene los ojos vidriosos

  • Temblores

  • Confusión o problemas para concentrarse

  • Quejas por problemas de la vista, dolores de cabeza o pesadillas

  • Descoordinación

  • Mareos

Si sospecha que su hijo tiene un bajo nivel de azúcar en la sangre, hágale el examen de inmediato. Si obtiene un resultado menor de 70 mg/dL, u otro número que le haya indicado su proveedor de atención médica, actúe sin demora. Dele a su hijo inmediatamente un azúcar de acción rápida tal como se lo indicó el proveedor de atención médica. Vuelva a controlar el nivel de azúcar en la sangre de su hijo en 15 minutos para asegurarse de que ya no esté bajo. Si todavía está bajo, dele a su hijo más azúcar de acción rápida. Si su hijo está confundido, no responde, pierde el conocimiento o tiene convulsiones (ataques), puede tener un nivel de azúcar en la sangre demasiado bajo. Trate a su hijo de inmediato con glucagón inyectable. Es una sustancia que eleva el nivel de azúcar en la sangre de su hijo muy rápidamente. Lleve siempre consigo un kit de emergencia que contenga una inyección de glucagón. (El equipo de atención médica de su hijo le enseñará cómo aplicar inyecciones de glucagón).

Nivel bajo de azúcar en la sangre: cuándo llamar al proveedor de atención médica

Llame al proveedor de atención médica de su hijo de inmediato, llame al  911 o vaya al departamento de emergencias del hospital si su hijo tiene alguno de los siguientes síntomas. Su hijo:

  • Es difícil despertarlo o no responde

  • Se desmaya

  • El nivel de azúcar en la sangre está por debajo del "valor peligroso" que le haya dado el proveedor de atención médica

  • Necesita glucagón

  • Tiene convulsiones

Cómo administrar las inyecciones de su hijo

La cantidad de insulina que su hijo requiere y la frecuencia con que debe recibirla pueden variar. Esto incluye tanto la insulina de acción lenta como la de acción rápida. La insulina basal o de base se necesita siempre, independientemente de que su hijo coma o no. La insulina que depende de la comida deberá usarse según la cantidad que su hijo coma. Es posible que su hijo muestre interés en aplicarse sus propias inyecciones de insulina. Pero todas las inyecciones DEBEN supervisarse, en casa y en la escuela. Administre insulina en las partes grasas de las siguientes partes del cuerpo:

  • La parte trasera y superior de los brazos

  • Los lados de los muslos

  • El abdomen (no inyecte a menos de 5 cm [2 pulgadas] del ombligo)

  • Los glúteos

Pídale al proveedor de atención médica de su hijo que le enseñe cómo rotar correctamente el lugar de la inyección y cómo mantenerse alejado de las áreas de lipohipertrofia. Esto es un bulto debajo de la piel causado por la inyección de insulina en el mismo lugar varias veces. También pregunte sobre la técnica correcta de inyección de insulina y cómo prevenir la inyección de insulina en el músculo. La inyección accidental en el músculo o en una zona de lipohipertrofia puede afectar cómo se absorbe la insulina.

Deje que su hijo decida cuándo está listo para asumir más responsabilidades. Puede apoyar el esfuerzo de su hijo para hacerse cargo del cuidado de la diabetes. Pero esté preparado para administrar las inyecciones de su hijo cuando sea necesario, como cuando su hijo esté enfermo.

Cómo afrontar la administración de las inyecciones

No es raro que los niños estén mal por las inyecciones de insulina al principio. Pero la mayoría de los niños se adaptan rápidamente al cuidado de la diabetes. La rapidez con que su hijo se ajuste podría depender de su propio nivel de comodidad al administrarle las inyecciones. Al principio, usted puede tener sus propias preocupaciones. Si está nervioso, aquí hay algunas cosas que pueden ayudar:

  • Es posible que quiera practicar en usted mismo primero. Consulte con el proveedor de atención médica de su hijo sobre la posibilidad de aplicarse una inyección de solución salina estéril a sí mismo, para saber lo que se siente.

  • Si tiene miedo a las agujas, quizás pueda calmar sus temores con un aparato de inyección.

  • Trate las inyecciones como parte de la rutina normal. Esto acelera el proceso de ajuste para usted y su hijo.

Si aún tiene problemas, comente sus inquietudes al equipo de atención médica de su hijo. Pueden ayudarlo a adaptarse.

Cómo ayudar a un hijo preadolescente o adolescente a lidiar con la diabetes

La mayoría de los niños no quieren ser vistos como diferentes a sus compañeros. Esto puede interferir con el cuidado de la diabetes, especialmente cuando su hijo está fuera de casa. Anime a su hijo a aprender más sobre la diabetes y a asumir más responsabilidades cuando esté listo. Pero recuerde que las cosas no siempre saldrán bien. No significa que su hijo haya fallado en el control de la diabetes. Solo sepa que su hijo puede necesitar más apoyo. Si su hijo tiene dificultades para adaptarse a la vida con diabetes, el asesoramiento puede ayudar. Hable sobre esto con el proveedor de atención médica de su hijo. A medida que su hijo llega al final de la adolescencia, puede explorar con él formas de pasar a los proveedores de atención para adultos. Consulte las opciones de campamentos para la diabetes de verano. Allí, los jóvenes con diabetes pueden reunirse para compartir habilidades que les permiten lidiar con la enfermedad.

La comida y su hijo

Su hijo deberá aprender acerca de los alimentos que más afectan el nivel de azúcar en la sangre. Tenga en cuenta lo siguiente:

  • El proveedor de atención médica de su hijo, enfermero o educador en cuestiones de diabetes le enseñarán a usted y a su hijo sobre los carbohidratos. Los carbohidratos son alimentos que le dan a su hijo la energía que necesita para crecer. El problema es que los carbohidratos elevan los niveles de azúcar en la sangre con mayor rapidez y a valores más altos que otros tipos de alimentos. Usted y su hijo aprenderán sobre el "conteo de carbohidratos". Esta es una técnica que le ayudará a calcular la cantidad de carbohidratos que el niño come diariamente. El conteo de carbohidratos lo ayuda a decidir cuánta insulina necesita su hijo.

  • Si es necesario, puede escribir la cantidad de carbohidratos de cada alimento en un papel. Luego, coloque el papel en la lonchera de su hijo cuando vaya a la escuela. Esto ayuda a su hijo y a los maestros a saber cuántos carbohidratos se consumen. También ayudará a su hijo a aprender a relacionar los carbohidratos con la dosis de insulina.

  • ¡Recuerde que los niños son niños! Si bien puede ser necesario limitar las comidas a veces para controlar la glucosa, ningún alimento debe estar "prohibido". Los niños roban golosinas, en especial, aquellas que les encantan. Así que incluya los alimentos que a su hijo le gusta comer en su plan de comidas. Ajuste las dosis de insulina según sea necesario. Usted y su hijo aprenderán cómo ajustar la insulina según lo que come su hijo.

  • A esta edad, la comida y la alimentación pueden ser temas delicados para su hijo. Sea consciente de los problemas que pueden afectar el control del nivel de azúcar en la sangre. Uno de esos problemas se llama diabulimia. Las personas con diabulimia se saltan inyecciones o usan muy poca insulina. Lo hacen para perder peso o no aumentar de peso. La diabulimia es una afección peligrosa. Esté atento a cualquier señal de que su hijo tenga problemas para seguir el plan de comidas. Si es necesario, comuníquese con el proveedor de atención médica de su hijo para obtener asesoramiento y asistencia.

La actividad física y su hijo

Al igual que los alimentos y la insulina, la actividad física desempeña un papel muy importante en el control del azúcar de la sangre de su hijo. Estar activo ayuda a reducir la cantidad de glucosa presente en la sangre del niño. Sin embargo, el exceso de actividad puede bajarle demasiado el nivel de azúcar en la sangre. Por eso, es importante que su hijo controle de cerca el nivel de azúcar en la sangre durante la actividad. Hable con el proveedor de atención médica para saber cómo su hijo debe equilibrar la actividad con la comida y la insulina. La Asociación Estadounidense de Diabetes recomienda, al menos, 60 minutos de ejercicio extenuante, al menos, 3 veces por semana para los jóvenes con diabetes tipo 2.

La escuela y su hijo

Su hijo debe recibir el cuidado y el apoyo adecuados para la diabetes en la escuela:

  • Para asegurarse de que las necesidades de su hijo estén satisfechas, escriba el plan de atención de la diabetes. También se conoce como "plan 504". Al comienzo del año escolar, reúnase con los maestros y el personal de la escuela de su hijo. Explique el plan de tratamiento de su hijo. Anime a su hijo a usar la identificación de alerta médica en todo momento.

  • Hable con el personal sobre la necesidad de su hijo de controlar el nivel de azúcar en la sangre y de comer o beber según sea necesario.

  • Alguien en la escuela deberá administrar o supervisar las inyecciones de insulina de su hijo. Puede ser el personal de enfermería de la escuela, de haberlo.

  • Su hijo deberá llevar consigo un kit de suministros para la diabetes. Incluye suministros para pruebas, medicamentos y azúcar de acción rápida para emergencias.

  • Informe a la escuela que su hijo puede realizar actividad física y participar en todas las actividades escolares.

  • El proveedor de atención médica de su hijo puede enseñarle a hablar sobre la diabetes con sus compañeros de clase.

La diabetes y la conducción

Es importante que su hijo adolescente sepa que conducir implica más responsabilidad. Su hijo debe controlarse el nivel de azúcar en la sangre siempre antes de conducir. Esto se debe a que un nivel bajo de azúcar en la sangre puede afectar la capacidad de conducir de su hijo. Y su hijo debe tener a mano los suministros para controlar el nivel de azúcar en la sangre (no en la cajuela ni en el asiento trasero). Su hijo adolescente debe detenerse de inmediato e ingerir carbohidratos si siente algún síntoma de hipoglucemia (nivel bajo de glucosa en la sangre). Colabore con el proveedor de atención médica de su hijo para ayudar a su hijo a aprender a mantenerse seguro cuando conduce.

La diabetes y el sexo

El sexo es un tema delicado para muchas familias. Pero si su hijo tiene diabetes, hay otros temas para conversar. El sexo, como cualquier actividad física, puede hacer que el nivel de azúcar en la sangre suba o baje rápidamente. Y el embarazo puede ser muy riesgoso para una adolescente con diabetes. Esto se debe a que un nivel alto de azúcar en la sangre puede ser peligroso para el adolescente y el feto. Por lo tanto, su hijo debe saber los riesgos de un embarazo no planificado. Si le resulta difícil hablar de sexo en casa, pídale ayuda al proveedor de atención médica de su hijo.

Los cigarrillos, el alcohol y las drogas ilícitas

Fumar, incluidos los cigarrillos electrónicos, beber alcohol y consumir drogas ilícitas es especialmente peligroso para los niños con diabetes. Pídale al proveedor de atención médica de su hijo que le hable sobre la importancia de evitar estas sustancias. También debe estar alerta a indicios de que su hijo fume, beba o use drogas ilícitas. Esto significa mantenerse involucrado en su vida (consulte "Para mantenerse involucrado" a continuación). Hable con el proveedor de atención médica de su hijo si cree que su hijo fuma, bebe o usa drogas ilícitas.

El estrés, el agotamiento y la depresión

Controlar la diabetes puede ser mucho trabajo. A veces, usted o su hijo pueden sentirse agotados o abrumados. A la larga, estos sentimientos pueden llevar al agotamiento. Su hijo podría cometer errores más frecuentes en el control del nivel de azúcar en la sangre. Si usted o su hijo se sienten agotados, ¡pidan ayuda! 

Otro resultado del agotamiento puede ser la depresión. La depresión puede ser un problema cuando su hijo se dé cuenta de que la diabetes no se irá. Comuníquese con el proveedor de atención médica de su hijo de inmediato si nota lo siguiente en su hijo:

  • Pierde interés en las actividades

  • Se aleja de familiares y amigos

  • Muestra signos de sentirse impotente o sin esperanza

  • Duerme demasiado o muy poco

  • Tiene problemas para concentrarse

  • Muestra signos de fatiga, nerviosismo o ansiedad

  • Llora a menudo

Para mantenerse involucrado

La mejor manera de apoyar a su hijo es estar involucrado en su vida. Los preadolescentes y adolescentes se cuidan mejor de la diabetes cuando los padres los ayudan en cada paso. Trabaje con su hijo para desarrollar un plan de control que se adapte a la familia. Para ayudar a su hijo a seguir el plan, actúe como su entrenador. Deberá ajustar al plan a veces. Así que manténgase en contacto estrecho con el proveedor de atención médica de su hijo. Y no dude en pedir consejos cuando los necesite.

Para obtener más información

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