Síntomas de la infección por hepatitis A

Por lo general, los síntomas aparecen entre 2 y 6 semanas después del contacto con el virus. Los síntomas suelen ser leves en los niños. Entre ellos, se encuentran los siguientes:

• Dolor en la parte superior derecha del abdomen, donde se encuentra el hígado

• Cansancio y debilidad

• Dolor de cabeza

• Dolor en los músculos y en las articulaciones

• Náuseas, vómitos o diarrea

• Coloración amarillenta en la piel y en la membrana blanca de los ojos, orina de color amarillo oscuro o heces grises o del color de la arcilla (ictericia)

• Picazón en la piel

• Fiebre baja

¿Cómo se diagnostica la hepatitis A?

El proveedor de atención médica hace preguntas para determinar cuándo el niño puede haber estado expuesto al VHA. El proveedor también hace un examen. La hepatitis A se puede confirmar con un simple análisis de sangre en el que se detectan los anticuerpos contra el VHA.

Tratamiento de la infección por hepatitis A

La hepatitis A desaparece por sí sola. Puede tardar varias semanas o meses. Los síntomas se tratan para que su hijo se sienta mejor.

• Asegúrese de que su hijo duerma bien.

• Haga que beba mucho líquido. Esto es para ayudarlo a evitar la deshidratación. El agua y la solución electrolítica para niños son buenas opciones. También el jugo de fruta en cantidades moderadas.

• Consulte con el proveedor de atención médica antes de darle al niño cualquier tipo de medicamento de venta libre. El hígado procesa todos los medicamentos. Es posible que un niño con hepatitis A no pueda tomar algunos medicamentos.

Cómo impedir la transmisión de la hepatitis A

Lavarse bien las manos ayuda a prevenir el contagio de la hepatitis A.

Un niño con hepatitis A puede transmitir el virus a otros. Esto puede suceder incluso antes de que aparezcan los síntomas. Puede seguir transmitiéndolo durante algunos días después de que comiencen los síntomas. Si el niño está enfermo, debe quedarse en casa; no deje que vaya a la escuela o a la guardería hasta que los síntomas desaparezcan.

Un lavado de manos adecuado previene la propagación de la hepatitis A. Tanto los adultos como los niños deben lavarse las manos a menudo, y siempre después de usar el baño o cambiar pañales. Los adultos y los niños también deben lavarse siempre las manos antes de preparar la comida o de comer. Para lavar sus manos o las de su hijo, frótelas con jabón y agua corriente limpia hasta obtener espuma abundante. Frótelas durante al menos 10 a 15 segundos y luego enjuáguelas.

Haga que el niño y los demás miembros de la familia reciban la vacuna contra la hepatitis viral. La vacuna de la hepatitis A es segura para los adultos y niños mayores de 1 año. Una vez que un niño tuvo hepatitis A, no puede volver a contraerla, pero sí podría contraer otro tipo de hepatitis. Vacunarse poco después de la exposición al VHA podría prevenir enfermedades. Los miembros de la casa deben vacunarse contra la hepatitis A y B (otro tipo de virus de la hepatitis) si no lo hicieron todavía. No existe una vacuna para la hepatitis C ni para los otros tipos menos comunes de esta enfermedad.

Posibles complicaciones

En casos poco frecuentes, la hepatitis A puede causar una infección grave e insuficiencia hepática. Si un niño tiene otro problema del hígado, la hepatitis A podría agravarlo. En la mayoría de los casos, la hepatitis A no causa problemas duraderos en los niños.

Cuándo llamar al proveedor de atención médica de su hijo 

Llame al proveedor de atención médica de inmediato si el niño tiene signos de un problema más grave, como los siguientes:

• Deshidratación, que puede manifestarse como una menor cantidad de orina, orina muy oscura, boca seca o ausencia de lágrimas al llorar

• Sensación de irritabilidad o somnolencia extrema

• Hinchazón en las manos, los brazos, los pies, los tobillos, el abdomen o la cara

• Sangrado por la nariz, la boca o el recto

• Sangre en las heces

• Aparición de moretones con facilidad

Cuándo llamar al  911

Llame al  911 si su hijo pierde el conocimiento.